"Hermanas, tenemos una función de vital importancia que efectuar en la edificación del reino de Dios y en la preparación para la venida del Señor. De hecho, la obra del Señor no se puede llevar a cabo sin la ayuda de Sus hijas. Debido a ello, el Señor espera que aumentemos nuestra ofrenda; Él espera que cumplamos el propósito de la Sociedad de Socorro como nunca antes"
(Julie B. Beck, Liahona, abril 2011)
"La Sociedad de Socorro está compuesta por mujeres cuyos sentimientos de caridad provienen de un corazón cambiado que reúne las condiciones necesarias para hacer convenios que se reciben y se cumplen sólo en la verdadera Iglesia del Señor. Sus sentimientos de caridad proceden de Él mediante Su expiación. Sus actos de caridad son guiados por el ejemplo del Señor - y motivados por el agradecimiento que surge ante Su infinito don de la misericordia - así como por el Espíritu Santo, que Él envía para acompañar a Sus siervos en sus misiones de misericordia"
(Henry B. Eyring, Hijas en Mi Reino, 2011, pág. 192)
"Juntas, como hermanas y en unidad con los profetas, videntes y reveladores vivientes que tienen las llaves restauradas del sacerdocio, podemos caminar unidas, como discípulas, como siervas con manos y corazones dispuestos a apresurar la obra de salvación. Al hacerlo, llegaremos a ser más como el Salvador"
(Linda K. Burton, Liahona, mayo 2014)
"Hay muchas hermanas que están viviendo en harapos; harapos espirituales. Tienen derecho a túnicas maravillosas, túnicas espirituales...Es el privilegio de ustedes el ir a esos hogares y cambiar esos harapos por túnicas"
(Spencer W. Kimball, Hijas de Mi reino, pág. 132)
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